Cada vez son más las familias con hijos que deciden adoptar una mascota, y más concretamente, un gato. Por el carácter tan independiente, y a veces, tan arisco que tienen los gatos, en muchas ocasiones pueden surgir dudas de cómo será la convivencia entre estos mininos y los niños, y, la verdad, es que si se educa a los niños en el respeto a los animales, no tiene por qué haber problemas.
Aquí te dejamos algunos consejos sencillos de poner en práctica, para que la convivencia entre tus hijos pequeños y los nuevos miembros peludos y bigotudos de la casa sea la mejor.La convivencia entre niños y gatos suele ser buena.
La convivencia entre niños y gatos suele ser buena.
En primer lugar, la convivencia entre niños y gatos, por lo general en casos normales, suele ser muy buena, y no hay razón para albergar dudas o preocuparse. Aunque los gatos tengan fama de tener mucho carácter y ser imprevisibles, normalmente son muy tolerantes con los niños, y los aceptan bien, sin problemas.
El gato debe tener su propio espacio en la casa.
Sin embargo, se debe dejar al gato que tenga su propio espacio, su lugar tranquilo en la casa. Debe ser un sitio donde el niño no pueda ir a molestarlo, si está tranquilamente durmiendo, y donde se sienta seguro y refugiado de los mimos o los juegos de los pequeños. Así, él mismo puede decidir, e irse, cuando no tenga más ganas de estar con los niños.
Educa a tu hijo en el respeto a los animales.
La mejor norma para cualquier tipo de convivencia es la educación y el respeto. Si tu hijo sabe que debe respetar los deseos del gatito y su derecho a no querer ser molestado, y lo respeta, todo irá bien. El pequeño de la casa debe aprender a jugar con el gato, sin atosigarlo, ni tirarle del rabo o los bigotes. Los niños aprenden rápido las normas, y no te será difícil inculcarle el respeto hacia los animales, y concretamente, hacia los gatos, de esta forma todo irá bien, y no habrá problemas de convivencia entre ellos.
Estas sencillas normas de convivencia son muy básicas y de sentido común, sin embargo, muchas veces las olvidamos, o dejamos que nuestros hijos pequeños las incumplan porque nos parece gracioso verlo jugar con el gato. Pero si ves que a tu gato le está molestando la forma en que tu hijo lo trata, debes corregirlo y hacerle ver que no está bien, ni es gracioso jugar de esa forma con el animal; o si te das cuenta de que en determinados momentos el gatito no tiene ganas de jugar, debes advertir a tu hijo y enseñarle que debe respetarlo.
Cómo ves no será difícil que tus hijos y tu gatito se lleven bien, así que no dudes en adoptarlo aunque tengas niños en casa ¡Te lo agradecerá!
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